“La tranquilidad interior [en el niño] será un sosiego para sus deseos, y la amabilidad con que se le trate dirigirá su atención fuera de sí mismo y hará que él sea amable hacia los otros.”
Madame Necker de Saussure.
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Entre los primero frutos del espíritu en el niño está la quietud, el descanso.
“La tranquilidad interior es producida por la tranquilidad exterior; y para esto, entre otras cosas, hay que evitar tanto como sea posible que el niño llore. Con esto y otras cosas, podemos conseguir que la mente del niño esté en estado de tranquilidad habitual, una ventaja inestimable y que se pierde fácilmente y que es quizás la característica más necesaria para su constitución moral, todavía tan débil y vacilante. Sus nervios, una vez agitados, tardan en recobrar su tono; y la salud y el carácter, sufren en consecuencia. No insisto en esto meramente como un medio para prevenir males. Hay una serie de características, las más nobles, que crecerán y madurarán sólo en el reposo; entre ellos están incluídas no sólo nuestras virtudes, sino también nuestras adquisiciones más valiosas. No hay nada digno de ser admirado, nada grande en nuestra naturaleza moral, que no sea más apreciado por la serenidad del alma. ¿Porqué es tan rara esta disposición que parece establecer un contacto entre el alma y el cielo, y que existe sólo en el alma que está en paz con sí misma y con lo que le rodea? Cualquiera que sea la razón, podemos ver que esta disposición feliz se halla en la mente de los niños, a menos que, por desgracia, nosotros la perturbamos.”
“He pensado con frecuencia que estamos acostumbrados a tener a los niños en constante actividad. Hemos de procurar que no se aburran, pero no hay nada que tienda más a producir esto que el exceso de variedad en los métodos de entretenerlos. Cuanta más tranquilidad disfrute el niño en su infancia tanta más poseerá luego; y la disposición de calma será permanente, mientras que la alegría y el jolgorio raramente lo son. Es, por ello, mucho más deseable que los niños se ocupen de cosas que con personas; las cosas son objetos, sin iniciativas, que no les absorben tanto. Con las personas, los sentimientos de simpatía o desagrado son excitados constantemente.”
Educación Progresiva de Madame Necker de Saussure.
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