¿Anhelas una comunión intima con Dios, pero la vida parece que no te lo permite? ¿No encontrás un momento de quietud o silencio? ¿Estás rodeada de demanda de niños, esposo, trabajo o estudio? ¿Tu mente está dispersa y no lográs concentrarte?
Las mañanas siempre empiezan con mucho movimiento, pero cuando las cosas se calmen un poco y puedas tomar una porción de la Biblia, toma un sólo versículo al día. Anotalo en un papel, llevalo contigo durante el día o pegalo en donde puedas verlo y vuelve a él cada momento que puedas durante el día. Con un corazón sincero, pidele a Dios que te muestre qué desea él de vos ese día. Preguntate qué significa esa porción, cómo puedes ponerlo en práctica en este día y piensa a con quién puedes compartir esa pequeña porción. En la manos de Dios, lo poco es mucho.
"La Palabra de Dios sólo produce bendición verdadera cuando la verdad que presenta aviva la vida interior y produce determinación, confianza, amor y adoración. Cuando el corazón recibe la Palabra por la mente y tiene su poder espiritual evocado y ejercido, la Palabra deja de ser vacía para cumplir la misión deseada por Dios. Se vuelve parte de nuestra vida y nos revigoriza para nuevos propósitos y nuevas realizaciones. El corazón se apropia de la Palabra por medio de la meditación."
Andrew Murray en La vida interior, Cultivando la renovación del alma
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