Me rodearon ligaduras de muerte,
Me encontraron las angustias del Seol;
Angustia y dolor había yo hallado.
Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:
Oh Jehová, libra ahora mi alma.
Salmo 116:3-4
¿Cuántas veces nos encontramos en angustias sin que el motivo sea lo suficientemente importante?
Ninguna circunstancia es ajena a nuestros Dios.
Nuestra alma sensible puede ser librada de la angustia cuando invocamos el nombre de Dios.